“Tras una inversión que supera los US$20 millones, toda nuestra flota minera opera a gas y contamos con certificaciones en huella de carbono.”
¿Cómo fueron los inicios de Transportes y Comercio Sol del Pacífico en la industria minera?
Nacimos en 1996 transportando productos refrigerados y congelados. En 2001, cuando comenzaba el boom del sector minero por la apertura económica del Perú, entramos con mucha fuerza en la industria. Esto nos permitió identificar un gran problema: el transporte de concentrado de mineral se hacía con camiones que usaban coberturas de lonas poco seguras, generando pérdidas del producto por sustracción y polución, además de contaminación ambiental. Decidimos entonces transformar ese problema en una oportunidad y ofrecer a nuestros clientes un valor agregado. Así fue como diseñamos y patentamos un innovador sistema de transporte hermético que cambió la forma en la que se transporta el concentrado de mineral en el Perú. Años después, este sistema se convirtió en norma obligatoria para el transporte de todos los materiales peligrosos.
Desde el año 2022, en Espinar-Cusco, zona clave entre Apurímac y Arequipa, contamos con la base de operaciones más grande del corredor minero. Desde allí transportamos los concentrados en la parte más desafiante del trayecto hasta la estación de trenes de Arequipa, desde donde el mineral continúa su camino hasta el puerto en una operación multimodal. Adicionalmente, una parte menor de la operación la realizamos transportando el concentrado directamente hasta el puerto de Matarani.
¿Cuánto han invertido para cambiar la matriz energética del transporte a GNL?
En el Perú, el transporte de carga y pasajeros depende casi por completo de combustibles importados (diésel), a pesar de que nuestro país cuenta con reservas de gas natural suficientes para abastecer el mercado interno por cinco décadas. El gas es más limpio y económico, y no exige divisas para su compra, favoreciendo así la balanza comercial. Su uso masivo tendría un impacto inmediato en el ambiente y en la competitividad de las empresas, al reducir sus costos de operación y mejorar sus márgenes. Por eso, el cambio de matriz energética es un desafío-país.
Sin embargo, pese a que este es un tema que se trabaja desde hace años, ninguna empresa había dado el primer paso debido a la falta de infraestructura de abastecimiento. En Sol del Pacifico, hace dos años, con una visión de futuro, iniciamos las inversiones en equipo y vehículos (cisternas, grifos móviles y tanques criogénicos), y firmamos un contrato con el productor de gas. Al mismo tiempo, conseguimos la representación de una marca china que produce camiones a gas, ya que los modelos europeos y americanos no se adaptaban a la geografía peruana, donde hay carreteras a más de 5,000 metros de altitud. Hoy, casi toda nuestra flota minera opera a gas y contamos con certificaciones en huella de carbono. La inversión supera los US$20 millones, una cifra no menor para una empresa como la nuestra, pero que es necesaria para lograr el objetivo. No buscamos reconocimiento; lo que queremos es que este esfuerzo que hemos iniciado se complemente con otras empresas del sector, porque algo tan grande nos necesita a todos.
¿Dónde ven mayores beneficios del uso del GNL en la minería?
En realidad, los beneficios del GNL aplican a la gran, mediana y pequeña minería, y son extensibles a toda la cadena de valor del sector: desde vehículos para el transporte hasta equipos como hornos, calderos, molinos y generadores eléctricos, entre otros. El uso de GNL no solo mejora ambientalmente las operaciones, sino que reduce drásticamente los costos, mejorando la productividad, hace a las empresas más competitivas y, algo muy importante, vuelve rentables negocios que antes no lo eran.
Apostar por el GNL nos abre las puertas a nuevas operaciones, impulsadas por el interés creciente en reducir emisiones y avanzar hacia operaciones más sostenibles. Al final, lo que está en juego es la competitividad del país, y si logramos que más empresas adopten el GNL, los costos de producción disminuirán, permitiéndonos exportar más y con mejores márgenes, atraer inversiones y fortalecer toda la cadena productiva. Es un círculo virtuoso que comienza con decisiones estratégicas sobre el tipo de energía.
¿Cómo logran un equilibrio entre competencia y desarrollo local?
En minería, la convivencia con las comunidades es clave. Hacemos alianzas estratégicas con las empresas comunales y locales, potenciando sus capacidades con nuestro conocimiento. Las empresas mineras tienen interés en integrarlas a su cadena de valor con operaciones logísticas adecuadas a sus competencias. La responsabilidad social es un pilar fundamental de la cultura empresarial, por lo que apostamos por el desarrollo de las comunidades: la mayoría de nuestros conductores son de la zona de influencia e incluso otorgamos becas integrales a estudiantes destacados de bajos recursos. Asimismo, capacitamos y brindamos oportunidades a jóvenes de las comunidades vecinas para que se unan a nuestras operaciones.